Trocadero, 13.
Recientemente renovado con esmero y dedicación, este espléndido apartamento se presenta como una auténtica joya en la corona de la ciudad.
Sus actuales propietarios, dueños también de una de las principales empresas de mármoles en Colombia, sentían un cosquilleo creciente. Su arte los llamaba. Hasta que no lo resistieron más y, con la soltura de su mano artesana, se embarcaron en una extensa renovación a base de su roca favorita.
Hoy, desean pasar a nuevos dueños este legado, una distinción que les enorgullece compartir con otros estetas.
En una elegante danza junto a la fina carpintería, el mármol se extiende a lo largo y ancho de la propiedad, engalanando pisos y espacios con una atmósfera de refinamiento y sofisticación.
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Aquellos amigos y familiares que han tenido el placer de ser acogidos en su interior coinciden unánimemente: este apartamento es “one of a kind” dentro del edificio, y sería una osadía compararlo con otras unidades de la torre.
El ascensor, que te lleva directamente al living, también te conduce a lo que parece el epítome mismo de la elegancia: techos suspendidos, una cálida iluminación y la imponente bahía como telón de fondo, entrevista sutilmente entre las cortinas, dan la bienvenida al visitante.
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Al abrir de par en par los majestuosos ventanales de piso a techo, se accede a una terraza ondulada que se asoma al exterior.
Desde allí, la mirada abarca el skyline de Bocagrande a la izquierda y se pierde en la armoniosa vastedad de la bahía que se despliega al frente.
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Justo después de las dos entradas en madera reluciente de los ascensores, una tercera puerta hace su aparición.
Detrás del telón, la cocina.
Aquí también el mármol hace gala de su presencia, encontrando en el blanco de los acabados su compañero predilecto.
Con su estratégica doble entrada, la cocina se conecta fluidamente con el comedor y con el hall de las habitaciones. Este es solo un ejemplo de la funcionalidad de los espacios y de la privacidad que puede ofrecer la sala en momentos de reuniones sociales.
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Moviéndonos a habitación principal, esta ofrece el espacio suficiente para albergar una king-size bed con todos sus acompañantes.
Dentro de la misma tónica de sencilla elegancia, un rincón con ventanales se integra armoniosamente al dormitorio. Aquí, los propietarios pueden disfrutar de un apacible lugar de lectura matutino con vistas a la bahía.
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Esa tranquilidad de la mañana resulta particularmente indispensable, ya que a pocos pasos se encuentran las dos habitaciones de los niños.
Una sala privada de TV corona los 256m² de nuestro recorrido.
Dependiendo de las preferencias y el estilo de vida de la familia, este espacio puede fácilmente convertirse en un acogedor estudio en casa o en la sala familiar de cine.
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Quien encuentre en esta gema su hogar, encuentra la intimidad de un apartamento por piso, la serenidad de la bahía a sus pies, y las diferentes oportunidades de acomodar el espacio a su propio gusto —y todo inmerso en la pulcra compañía del mármol.