Maseratti, 1.
Al cruzar el umbral de este apartamento, la imaginación se despierta con el eco de risas familiares, el suave arrastrar de un triciclo infantil y el murmullo de una melodía de fondo.
Esta es la banda sonora que armoniza la cotidianidad frente a una amplia terraza como esta.
Inevitablemente, tanto el visitante primerizo como el invitado recurrente se verán cautivados por el encanto del lugar. “¿Me puedo mudar con ustedes?”, bromeará alguno… aunque su admiración será completamente genuina.
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La sensación de seguridad impregna tanto las calles del vecindario como el interior del apartamento mismo. Al estar ubicado en un piso bajo, evoca inmediatamente una reconfortante tranquilidad para aquellas familias con niños pequeños o adultos mayores.
La meticulosa remodelación de los 135m² internos y los 62m² de espacio privado al aire libre (de uso exclusivo para los propietarios) ha dado como resultado una estética envidiable, reluciente y cautivadora en sus detalles.
Con la posibilidad de incluir los muebles actuales en la venta, la esencia de esta gema permanece intacta.
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Desde el living se accede a una acogedora salita de TV, convenientemente adyacente a la cocina.
Si bien actualmente cumple la función de sala de entretenimiento, sus nuevos dueños también tendrían la opción de transformarla en una encantadora biblioteca privada. Para aquellos que atesoran sus libros, dedicar a la cultura un espacio especial en el hogar es casi una necesidad.
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Continuando por el corredor, se descubren los dormitorios. Es la habitación principal la que más seduce, con su acceso directo a una segunda terraza. Esta última se une a la terraza principal formando una “L” que enmarca armoniosamente el apartamento.
¿De qué momentos está hecha una vida serena?
Reflexionar en solitario por la mañana con un café…
Compartir conversaciones triviales entre amigos…
Disfrutar una copa de vino con tu compañero de vida…
Y lanzar de vez en cuando el familiar “¡Deja en paz a tu hermano!”…
Cada una de estas entrañables escenas encuentra su teatro natural bajo las acogedoras pérgolas de la terraza.
