Atabeira, 10.
Un aire de misticismo envuelve la zona de Los Morros, como si el tiempo se detuviera en este rincón apartado del caos urbano.
¿Será solo su ubicación playera distante? ¿Sus edificios disfrutados por un número circunscrito de visitantes? O, para hacer alusión a otro de los significados de la palabra místico, ¿será que es su ambiente contemplativo?
En este entorno se yergue Atabeira, un edificio cuyo nombre rinde homenaje a la diosa madre de las aguas en la mitología taína. Es en uno de sus pisos altos donde se esconde una auténtica joya.
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Al atravesar la puerta, comienza un fascinante recorrido de 200m2. Un pasillo de relucientes pisos marmóreos y paredes blancas se extiende ante la vista. Cada paso despierta más la curiosidad: ¿qué maravillas aguardan al final de este sendero?
Las estancias se van revelando a medida que se avanza, todas ellas con amplios ventanales que se asoman sobre la piscina.
Sin embargo, es la habitación principal la que se lleva las palmas con sus cristaleras mayores. Este santuario privado alberga también el baño más espacioso, con un elegante lavabo doble pensado para la comodidad de la pareja, y un práctico vestidor.
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El pasillo parece extenderse indefinidamente, pero finalmente desemboca en la impresionante sala de estar. Amplitud y horizonte se funden en este espacio diáfano.
Las ventanas panorámicas se extienden de esquina a esquina y la tentación de abrirlas por completo es irresistible. Al despejarse las cortinas, el background de palmeras y playa y el pulcro living se convierten casi en una sola entidad.
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¿Y quién ignora ese mirador? Imponente hasta sin muebles, su futuro dueño ya puede vislumbrar cuál sería el resultado de una intervención creativa en su balcón.
Y gracias a su forma perfecta en L, el regalo diario son vistas prácticamente ilimitadas a la playa y a las zonas sociales exclusivas del edificio.
Místico es el entorno, y místico es el interior de este apartamento. Solo queda preguntarse quién se adueñará de este preciado tesoro y plasme en él su propia visión de la gloria costera.
