Dos tendencias inmobiliarias (una insensata, otra inteligente) que están ganando terreno en Colombia

Uno de los últimos artículos del Wall Street Journal se titulaba:

“Renters open door to DIY renovations”

Se centraba en los estadounidenses que aún no tienen casa propia y pensaban comprar, pero se quedaron alquilando.

Y mientras se deciden a comprar, hacen renovaciones en el apartamento, para que se vea como se debería ver si fuera su casa propia.

Pero aquí entra en juego un curioso aspecto de la naturaleza humana que complica las cosas…

Probablemente tú también habrás notado que cuando uno invierte tiempo y dinero en algo, siente la necesidad de apegarse a eso, de no dejarlo ir.

A veces lo hacemos hasta con cosas que no valen la pena para nada, como una película en el cine. Puede ser una película horrible, e igual terminamos de verla… porque sería demasiado doloroso admitir que desperdiciamos tiempo y recursos inútilmente.

Bueno, si así funciona con una entrada de cine, imagínate con una casa!

Por eso, el Wall Street Journal mencionaba que los arrendatarios siguen renovando año tras año el contrato de arrendamiento… “porque siguen renovando el apartamento”.

Al parecer se envuelven en este círculo en el que no se deciden por comprar, así que siguen realizando mejoras en el apartamento que están arrendando, y eso hace que estén cada vez menos dispuestos a dejarlo…

Con el resultado de que inviertien todo su dinero en el apartamento de otra persona.

¿Te parece que tiene sentido?

Ahora, por mucho que suene raro, en Cartagena sí hay una manera de invertir en una casa con la que no tienes intención de quedarte… sin que esto resulte en una decisión catastrófica para tus finanzas.

Se trata de un método que saca provecho de la peculiar vivacidad del mercado inmobiliario de la ciudad, además del especial atractivo que esta posee entre los inversionistas internacionales…

Si lo haces bien, no es inusual ver un retorno de hasta el 30% sobre la inversión inicial, y a veces en menos de un año…

Un retorno que sinceramente ninguna acción o índice de bolsa podría alcanzar a darte.

¿De qué estoy hablando?

Curiosamente, de otra tendencia importada desde Estados Unidos: el flipping.

Básicamente compras un apartamento en mal estado a un precio de oportunidad, lo arreglas, y enseguida lo revendes a un precio sustancialmente mayor.

En este caso es obvio que la casa tienes que comprarla…

Pero tampoco es necesario soltar la cifra entera en efectivo…

Y sobre todo no se trata de un matrimonio de por vida, como cuando tienes que decidir la casa donde tú y tu familia terminarán viviendo por años y años…

Lo cual hace que el proceso sea menos estresante, y muchas veces hasta divertido.

Por lo menos, así fue cómo lo vivieron dos de nuestros clientes que decidieron tomar ese camino en los últimos meses.

Ambos se hicieron guiar por nosotros en la búsqueda, selección, y negociación de su gema oculta en el mercado inmobiliario de Cartagena… y, con un toque de paciencia, ambos tuvieron finalmente la satisfacción financiera que buscaban.

Ahora…

Ya sea que tú también estés buscando una mega-oportunidad para “flipear”, o que en cambio quieras identificar tu nueva “residencia oficial”, no hay mejor momento que ahora para emprender tu exploración.

Los modos para encarrilar en esa exploración pueden ser varios, pero todos empiezan más cómodamente con nuestro Kit del Comprador —una herramienta diseñada especialmente para ayudarte a encontrar tu próxima gema inmobiliaria en el mercado cartagenero.

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